A la edad entre 3 y 6 años los padres y el odontólogo deberían ensenar al niño la manera correcta de limpiar los dientes, la alimentación sana y de intentar perder la costumbre de chupar el dedo.
En la sección “Artículos” se encuentra un gráfico interactivo sobre el tema de la dentición. Hay muchos motivos para conservar los dientes de leche y prestarles atención. Esos dientes garantizan que el niño muerda y mastique de manera correcta, son importantes para el habla y la fonación y mantienen el espacio que después será ocupado por los dientes permanentes. En lo tocante a motivos estéticos son importantes para la integración social del niño. Si el niño tiene los dientes de leche destruidos, esto también causa daño a los dientes permanentes. Si el niño pierde las muelas decíduas demasiado temprano, los molares permanentes despuntan demasiado para adelante, limitando el espacio de los demás dientes. A los dientes permanentes les falta el espacio. La estrechez solo se puede corregir si se inicia el tratamiento usando un aparato dental adecuado lo más antes posible. De mayor edad, un tratamiento ortodóntico complicado y costoso sería la alternativa. Otro factor subestimado, que está relacionado con las maloclusiones y malformaciones ortodónticas, es la costumbre de chupar constantemente el dedo. Este hábito es la causa de malformaciones de los dientes y de las maloclusiones. Hablar, tragar y respirar se vuelve difícil, el aire aspirado no es lo suficientemente caliente ni húmedo. Esto puede causar las enfermedades crónicas de las vías respiratorias (tos, resfriados y bronquitis).